Por ZAHARA (Gaceta20.com).
Yo estuve viviendo cuatro años con un técnico de sonido. Me gustaba irme con él a los conciertos que sonorizaba en una sala mítica de Granada. Veía bandas llegar, equipos que montar, conciertos, otra vez desmontar y vuelta a empezar. Un trabajo cíclico, en la sombra.
Cada vez que bajaba a las cuatro de la tarde y veía el escenario vacío, pensaba en todo lo que sucedería durante ocho horas, como imágenes de una película conocida. Tanto trabajo para una hora y media de bolo. Increíble.
A pesar de ese trabajo imprescindible que hacen, siempre te encuentras a músicos poco agradecidos con los técnicos (mala idea, a quien te da de comer y a quien te hace el sonido, trátalo bien). Y muchas veces hay que lidiar también con esas personas que van a los conciertos y que no reparan en que hay un señor o señora detrás de todo eso haciendo que sea posible. Y es que la responsabilidad de un técnico de sonido pocas veces se tiene en cuenta, salvo que se haga mal. Entonces todas las cabezas se giran hacia la mesa de sonido esperando ver quién le está jodiendo el concierto de su banda favorita.
Pobres amigos míos los técnicos.
Me encanta ese momento en el que tras una hora montando equipo, dos horas sonorizando, hora y media de bolo aparece alguien que, por supuesto, sabe cómo hacerlo mejor que tú y te lo dice. Uno de mis amigos me contó una vez que mientras sonorizaba un concierto se le acercó un hombre y le dijo que la voz estaba baja. Mi amigo lo miró y le dijo que se fuera a ver a un médico. Este señor se rebuscó en sus pantalones y sacó una tarjeta. En efecto, él era el médico.
Situaciones como estas son tan comunes que recuerdo la camiseta de un técnico de sonido que llevaba impresa en la parte de atrás las respuestas a las preguntas más corrientes que suelen hacerle a un técnico durante el concierto.
Algunas de ellas, mis favoritas, son las siguientes:
Sí, soy el técnico de sonido y sí, ya sé que la voz está baja
sí, sé usar todos los botones de la mesa
sí, ya sé que parece una nave espacial
no, no sé qué grupo va después
Me encanta.
Desde aquí manifiesto mi amor infinito a los técnicos.
Vivan!