Es una cueva situado en los montes Aquilanos, en el conocido como Valle del Silencio, y a la que se accede a través de un sendero desde la preciosa localidad de montaña de Peñalba de Santiago, una maravilla de pedanía que pertenece a Ponferrada, pero que está situada en un paraje de montaña realmente majestuoso. Desde Peñalba de Santiago a la cueva se tardar entre 30 y 45 minutos, y es posible realizar un recorrido circular, saliendo por la parte baja del pueblo (desde la iglesia hacia abajo por una empinada cuesta) y volver luego por la parte alta del pueblo, pasando por el cementerio y la fuente del pueblo.
La cueva está situada al borde de un barranco que mira hacia el Valle del Silencio, y es el refugio que él utilizó para sus largos días de meditación en estas montañas. Cuenta la leyenda que cerca de la cueva pasaba un caudaloso río, cuya agua bajaba con tanta fuerza que generaba tal estruendo que no dejaba meditar en paz al santo, por lo que cansado de la situación, un día exclamó "¡Silencio!", tras lo cual el curso del río desapareció frente a la cueva, para a través de aguas subterráneas, emerger más adelante montaña abajo. Es de hecho por esto por lo que se le conoce al valle como Valle del Silencio.
La cueva es muy pequeña y guarda en la actualidad un pequeño altar con una imagen de madera del santo, algunas flores ornamentales y un libro de visitas donde pedirle ruegos y milagros al santo. Cada ranura de las paredes de la cueva está por cierto "plagada" de pequeños papelitos en los que la gente ha ido dejando sus deseos, rezos o lo que sea al santo, curioso.
La excursión, tanto por el halo de misterio que encierra la cueva como por la preciosa y entretenida caminata hasta la cueva desde Peñalba de Santiago, no es muy exigente y merece mucho la pena, diría que es muy recomendable. Lógicamente, hay que ir provisto del calzado adecuado, calzado de montaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario